Proponen crear un parque eólico financiado con criptomonedas en Comodoro

Waldemar Van Haaster es economista y trabaja en una empresa petrolera de Comodoro Rivadavia, por lo que a la hora de pensar en una propuesta de trabajo práctico final en el posgrado que desarrolló sobre “Cripto, Blockchain y Finanzas Descentralizadas”, no dudó en integrar esos conocimientos con el potencial productivo que, en materia de energías limpias, presenta la región del golfo San Jorge.

Junto a Ivana Twerdochlib y Eduardo Renne, elaboraron el proyecto que comenzarán a exponer en distintos ámbitos de Comodoro Rivadavia.

“El posgrado lo hice en la Universidad del CEMA (Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina), en la modalidad a distancia y junto con mis colegas debíamos presentar un trabajo práctico final integrador, por lo que después de evaluar algunas alternativas, elegimos hacer un modelo de generación eólica, que pueda financiarse a través criptomonedas”, comentó el economista, en diálogo con ADNSUR.

La propuesta parte del marco normativo que hoy permite, a través de la ley de energía distribuida que rige en el país, transformar a usuarios o consumidores en generadores de energía. Según esa norma, un consumidor de energía (desde industrias a usuarios residenciales) puede transformarse en generador, para cubrir su propia demanda y, lo que no consuma, pueda inyectarlo y venderlo a la red general de energía.

“Para concluir el posgrado debíamos presentar una propuesta de solución de un problema en la vida real y pensamos en esta propuesta, de generar energía limpia, con el plus o valor agregado de que podría gestionarse a través de tecnología Blockchain, es decir mediante la generación de una criptomoneda”, graficó Van Haster.

“¿Y qué es el ‘blockhain’?”, diría un viejo amigo. Calma, ya llegaremos a esa parte en este informe.

Los componentes que deben integrarse al proyecto

El proyecto requiere de 4 componentes principales, para lo cual los autores han comenzado a moverse, a fin de analizar las posibilidades reales de llevarlo a lo práctica.

Por un lado, aparecen los ‘founders’ o fundadores, quienes serán los encargados de llevar adelante la compra o el ensamblado del aerogenerador. A esto se deben sumar los inversores o usuarios, que proponen integrar con empresas de barrio Industrial que se interesen en el uso de la energía generada, como forma de reducir sus costos.

Un tercer componente es el inversor financiero, que es el que se buscará captar a través del blockchain, para atraer a quienes pueden tener interés en participar del proyecto. En ese punto es donde empieza a intervenir la parte más innovadora de la iniciativa, ya que esa inversión se captará mediante la criptomoneda a crear, que como tal ofrecerá un determinado rendimiento o rentabilidad.

“Todo lo que interactúa en este ecosistema es a través de una moneda de cambio que se generará, llamada token y es la manera de participar en el proyecto”, puntualizó Van Harden.

Un último integrante del proyecto es la entidad distribuidora de energía, que será la encargada de administrar la línea y la interconexión del parque (ya sea de un solo aerogenerador de 2 Mw, o arios de menor potencia) para el suministro de energía a la red.

Vale recordar que si bien se trata de una iniciativa inscripta en un marco teórico, los impulsores buscan llevarlo a la práctica. Con esa finalidad prevén hacer una próxima presentación formal ante el grupo de Transición Energética Sustentable (TES), que se ha conformado recientemente en Comodoro Rivadavia y que es uno de los sectores de referencia en el tema.

Una criptomoneda para representar a la energía limpia de Comodoro

Hasta ahora, entonces, se trata de una propuesta que busca aprovechar el potencial de generación de energías limpias de la región, en modo similar al que ya existe con parques eólicos de la zona, aunque en este caso a menor escala.

Hay que recordar que la ley de energía distribuida establece un límite de generación de hasta 2 MegaWatts. Como referencia, puede mencionarse que el parque eólico Manantiales Behr cuenta con 30 generadores de 3,3 Mw cada uno, por lo que la potencia instalada alcanza, en ese caso, unos 99 Mw.

La parte innovadora de este proyecto aparece por el lado de las criptomonedas, que introducen una serie de conceptos relativamente recientes, que si bien todavía no son de dominio masivo, su popularidad y formas de uso crece a grandes pasos.

Es por eso que Van Harden y sus colegas explican que toda la propuesta será canalizada a través de una ‘blockchain’, o ‘cadena de bloques’, que es una base de datos especial y cuyas características se basan en la inviolabilidad o imposibilidad de modificación de los mismos.

“Lo que implica esto es que yo, por ejemplo, dejo registrado que coloco dos dólares para una finalidad y no hay ninguna manera de que ese dato pueda cambiarse, porque no hay poder de cómputo suficiente para esa modificación. Así está construida la blockchain sobre la que vamos a trabajar”, añadió Van Harden.

Como ejemplo, mencionó que la cadena de bloques fundacional es la que ha permitido el desarrollo del Bitcoin, que es la criptomoneda más importante a nivel mundial en la actualidad.

“Parte del trabajo que estamos haciendo implica elegir la blockchain que vamos a utilizar y ya estamos en contacto con una que tiene este tipo de características, con alta capacidad de transacciones por segundo y un esquema que ayuda a determinar si un proyecto es interesante y puede sumar a su desarrollo”, explicó.

Como se da la interacción y rentabilidad del proyecto

Una vez que el proyecto empieza a ‘correr’ en la blockchain, es posible captar los inversores para financiar la construcción del aerogenerador. Para eso será necesario generar el ‘token’, es decir el instrumento de transacción con el que operará el negocio.

Al darse inicio a la generación de energía, cada kilowatt de energía generado es el equivalente a un ‘token’, que será la moneda de cambio para transaccionar tanto la energía que exceda el consumo de los usuarios que participan, como la que eventualmente se almacene, para lo cual el proyecto prevé incorporar también un desarrollo tecnológico específico.

“Luego, el inversor financiero que no consume energía obtiene la rentabilidad del negocio y la vende a través de la negociación de los token, que se comercializa en un sistema específico y tendrá una cotización determinada –precisó Van Haster-. Como toda moneda, tendrá mayor o menor credibilidad y eso depende de la solidez del proyecto.

Hay varios puntos que hacen a la esencia del proyecto. Uno de ellos se vincula al interés que pueden generar iniciativas de este tipo a nivel internacional, precisamente en sectores vinculados a la cripto economía, que es cuestionada por el uso excesivo de energía fósil para el minado de datos, pero que de este modo estaría invirtiendo en desarrollos de fuentes limpias.

Certificación internacional para reducir la huella de carbono

Por otra parte, los potenciales inversores tendrían el interés de insertarse en este tipo de circuitos porque, a través de un sistema de certificación internacional recientemente creado, estarían compensando su propio consumo de energías fósiles, para disminuir su huella de carbono.

Este es un mecanismo similar al que se conoció en la década del 90 como “bonos verdes”, por el cual los países desarrollados compraban certificados equivalentes a la cantidad de dióxido de carbono que se había evitado impactar en la atmósfera.

De este modo, la iniciativa suma rasgos distintivos, ya que si bien hoy proliferan los parques eólicos y el mundo avanza hacia las energías limpias, en este caso se sumaría la automatización y eficiencia de todos los procesos, con la trazabilidad que brinda blockchain.

Por ahora, vale insistir, se trata de un desarrollo teórico, pero que de alguna manera ayuda y desafía a pensar los nuevos caminos que la región podría comenzar a desandar, en el marco de una transición energética que ya ha comenzado.