Aunque Comodoro Rivadaiva es una de las que tiene menor índice de desempleo en el país, la permanente evolución del costo de vida y algunas particularidades de la economía de la zona, como la escasez de viviendas para alquilar o las grandes distancias que demandan altos costos de movilidad, llevan a acentuar la puja entre precios y salarios.

En la escala más baja, aun con las permanentes actualizaciones acordadas en el último tiempo, es el de las trabajadoras de casas particulares. Con las recientes actualizaciones aprobadas, llegarán a un valor de referencia de $85.586 mensuales desde mayo. El mes próximo se actualizará a $90.841 y en junio, a $95.345,5 mensuales, para personas que trabajan 8 horas por día y con retiro.

Para las personas que trabajan por hora, el valor de referencia progresará desde $697,5 este mes, $740 y $777.

Uno de los gremios que explica la mayor parte del dinamismo de empleo es el comercio, tanto a nivel nacional como local, ya que éste sector es el más sensible a la evolución de la economía. Desde el Centro Empleados de Comercio, Matías Silva describió el panorama para este sector:

“La situación del comerciante no es la mejor hoy y eso afecta al trabajador, que es el eslabón más débil de la cadena –describió el dirigente-. Hay muchas irregularidades, porque algunos tienen sólo media jornada en blanco y el resto se lo pagan en negro y cuando despiden, pretenden pagar la indemnización solamente para la parte en blanco”.

Cuáles son los sueldos más altos en Comodoro y qué sectores no alcanzan a cubrir la canasta básica para superar la línea de pobreza

Silva indicó que dentro del complejo panorama actual, se busca sostener los puestos de trabajo, pero exigiendo que los salarios se abonen de acuerdo a lo que establece el convenio de esta actividad:

“El salario hoy puede estar por debajo para un trabajador que recién se inicia, pero quienes tienen algo de antigüedad ya comienzan a superar la canasta básica de Comodoro y sobre todo cuando se apliquen los 3 incrementos del 6,5% cada uno, más una suma de $25.000 en dos tramos. Con ese incremento, el salario en Comercio superaría esa canasta, aunque hay que seguir discutiendo porque la inflación ya va a estar por encima del 7% y nosotros quedaríamos por debajo, lo que hay que volver en discutir en julio”.

La canasta no se queda quieta y los sueldos corren detrás

Lo que le pasa a trabajadores de comercio involucra a todos por igual: cuando esas actualizaciones terminen de aplicarse, en julio próximo, ya el valor de la canasta habrá recargado la inflación acumulada en los próximos 3 meses, que a un ritmo cercano al 10% mensual, para entonces estaría superando los $260.000.

Otro sector que es altamente sensible a los movimientos de la economía, ya sea cuando hay trabajo o cuanto éste disminuye, es el de la Construcción. Raúl Silva, secretario general de la UOCRA, indicó que actualmente un trabajador ayudante, que recién se inicia en el oficio de albañil, comienza ganando unos $70.000 por quincena, es decir $140.000 al mes.

La escala se va elevando a medida que sube la calificación, ya que un medio oficial, por ejemplo, percibe un valor de hora de $886, lo que significaría unos $198.000 al mes, trabajando 56 horas por semana.

Para un trabajador especializado, los valores mensuales alcanzan los $253.000, a lo que se pueden sumar horas trabajadas al 50 y horas trabajadas al 100, según las denominaciones en jornadas especiales, además de otros ítems específicos.

“Nosotros acordamos un 22% que es una cláusula gatillo de la paritaria 2022 –informó Silva días atrás-, por lo que el año pasado terminamos cerrando en un 102% y creemos que en la paritaria de este año, vamos a ir equiparando de a poco la inflación del año pasado”.

La paritaria 2023 del gremio de la construcción comenzará a discutirse en el mes de mayo, por lo que en el marco de la inflación nuevamente disparada, serán fundamentales las cláusulas de revisión que, al igual que en otros sectores gremiales, se establecen cada 3 meses.

El reclamo de los estatales para reabrir la paritaria

En el ámbito de gremios estatales, el reclamo que se enfatizó en ámbitos de la salud y educación en las últimas semanas ponen en foco la necesidad de equiparar la canasta básica total, que en la Patagonia tiene valores mucho más altos que los que divulga mensualmente el INDEC para el Gran Buenos Aires.

El reclamo común es que el gobierno provincial mejore el 38% que ha ofrecido para la primera parte del año, a abonar en varias cuotas hasta septiembre próximo. “Pedimos que se vuelva a discutir la pauta salarial o al menos anticipar los 20 puntos que están pendientes de aplicar, de esos 38 que dieron por decreto a comienzos de año”, indicó Carlos Sepúlveda, titular del SISAP.

“Los salarios de los empleados operativos y administrativos tienen un promedios salarial de $120.000 a $160.000, si es que no están precarizados, los que reciben pagos menores a $100.000. La mayor parte está por debajo de la línea de pobreza –añadió-. Sólo un sector, menos del 30%, puede oscilar entre los $180.000 y $300.000”.

Sepúlveda también aludió a otras situaciones que consideró distorsivas, al señalar que “también están los que se llevan más de 1 millón por mes”, en referencia a los profesionales anestesistas y otras especialidades médicas que, aunque no lleguen a esos valores, tienen un reconocimiento de horas guardias como adicional en sus salarios.

El reclamo coincide con el sector docente, que reclama una recomposición salarial por fuera del decreto que estableció el 38%, al señalar que tampoco hubo paritarias en los años 2021 y 2020.

“El sueldo docente está muy por debajo de la canasta familiar y nosotros tenemos docentes que no llegan a la mitad de ese valor”, manifestaron los dirigentes distintas oportunidades durante los últimos reclamos, por los que ya han realizado varias medidas de fuerza.

“Hay docentes que al terminar la larga jornada de trabajo deben buscar otros trabajos para poder comprar alimentos o las zapatillas de sus hijos”, manifestó Daniel Murphy.

La paritaria nacional estableció un mínimo salarial de $130.000, mientras que en marzo, el salario por cargo arrancaba en $95.000, por lo que Nación debe cubrir la diferencia hasta llegar a esa cifra. Incluso con dos cargos hoy, el salario ingresante estaría por debajo de la canasta comodorense.

Los que superan el monto mínimo y comienzan a sufrir el recorte de “ganancias”

En el ámbito municipal comodorense hay una gran diversidad de niveles salariales, pero fuentes gremiales estimaron que un promedio general podría establecerse en el orden de los $330.000, aunque con variaciones muy fuertes. En el escalón más bajo se cuentan las becas para contratados, por valores del orden de los $40.000, mientras que los niveles salariales en escalas más altas (acumulando horas extras) pueden superar los $500.000. Claro que el promedio también se engrosa por los cargos de la planta política, que hoy supera el millón de pesos.   

El panorama es común a todos los gremios, ya que permanentemente deben hacerse revisiones para volver a actualizar de acuerdo con el avance de la inflación.

“La discusión paritaria es prácticamente constante, porque no podemos perder frente a la evolución de los precios”, indicó por su parte Juan Carlos Cossio, secretario general de la UTA, que representa a los choferes de ómnibus.

En la actualidad, un chofer de ómnibus ingresante arranca a trabajar con una base de algo más de $335.000, a lo que luego se van añadiendo unos $4.467 por cada año de antigüedad y otros componentes como pueden ser días francos trabajados (en el orden de los $26.000). De modo que en la escala más baja, el salario puede tener un piso cercano a los $400.000 brutos (sin descuentos), lo que al igual que en otros sectores, comienza a verse afectado por el impuesto a las ganancias.

“El impuesto a las ganancias nos arruina –completó Cossio-, aunque ahora, con el nuevo piso que se va a fijar en mayo, de $506.000, nos alivia un poco, sobre todo a quienes tienen más años de antigüedad y pueden estar cerca de esa cifra. Pero la discusión salarial se mantiene en forma permanente, porque a este ritmo de inflación los salarios quedan retrasados en muy pocos meses”, evaluó.

En el ámbito bancario, los salarios comienzan en un monto del orden de los $355.000 para un trabajador auxiliar, mientras en las categorías siguientes se eleva hasta los $446.000 y $485.000 (para un jefe de Area, por ejemplo). A partir de esos montos, los salarios pueden ser más elevados según responsabilidades, antigüedad y otros rubros, en tanto el sector es uno de los pocos gremios que obtiene también participación en las ganancias empresarias, lo que engrosa más el ingreso anual.

El sindicato bancario es uno de los que más viene reclamando contra el impuesto a las ganancias sobre sueldos, ya que casi la totalidad de sus trabajadores son alcanzados. Por eso, 3 diputados nacionales que responden al sector impulsan un proyecto de ley para modificar las escalas y establecer un sistema de actualización automático, que impida o al menos atenúe la erosión que provoca el tributo sobre los haberes, limitándola para las escalas jerárquicas más elevadas.

Uno de los sectores que es referencia en el mercado laboral comodorense es el petrolero, donde también la paritaria 2022 se terminó cerrando por encima del 100%. Según refirió Jorge Avila cuando se hizo la actualización de marzo, en ese momento los salarios oscilaban entre $550.000 para un trabajador de 8 horas y $900.000 para un operario de torre, con 12 horas de trabajo por jornada.

Sobre esos valores, recientemente se adicionó un 30% correspondiente al período abril-junio, por lo que al completarse esa secuencia, los valores mencionados se habrán actualizado en el orden de los $715.000 y $1.170.000, respectivamente.

Por eso, más allá de que hay determinados rubros que quedan exentos del impuesto a las ganancias, los dirigentes petroleros, tanto Jorge Avila como José Lludgar, ya han advertido que desde el mes próximo deberán comenzar a revisar los alcances del tributo sobre los salarios petroleros.

Cambios en ganancias: el alivio temporal que llega en mayo

 Desde mayo se elevará el piso para la aplicación del impuesto a las ganancias, desde los actuales $404.000 hasta los $506.000 por mes, por lo que quienes cobren menos de este valor neto (antes de los descuentos de ley, es decir que no se debe mirar el sueldo de bolsillo, que es menor tras los aportes de ley).

“Este piso se puso el año pasado, primero fue de $300.000 y luego fue subiendo –explicó el contador Gerardo Pérez Coyul-. Ahora se actualiza hasta $506.000 y quienes cobren hasta $583.000, se paga el impuesto con una reducción en escala proporcional. Luego de superar ese tope, comienza a aplicar la tabla normal del tributo”.

El especialista explicó que esta medida es paralela la desgravación de algunos ítems que había anunciado el gobierno, en la que dejaría fuera del impuesto a ítems como fallos de caja, viáticos, bonos por productividad (o similares), entre otros, de modo análogo al que se hizo con el convenio de Petroleros para desgravar horas de viaje y viandas.

“Son rubros que también existen en convenios como el de comercio y otras actividades –añadió-, entonces no entran en el cómputo para calcular ganancias”.

 Esas desgravaciones tienen como tope un monto, que en la región patagónica es de $220.000. “Esto significa que si yo cobro un bono por productividad o alguno de estos rubros, la desgravación cubre sólo hasta ese tope. Si alguien cobra $500.000 en el año por esos conceptos, sólo se le desgrava hasta $220.000 y paga el impuesto sobre los otros $280.000”, detalló Pérez Coyul.

En cuanto a la suba del piso salarial para aplicar elimpuesto, advirtió que ante la inflación actual el beneficio se licuará rápidamente, por lo que seguramente en pocos meses será necesario volver a modificar. También advirtió que los pisos actuales no consideran el coeficiente por zona desfavorable de la Patagonia, que de aplicarse, con un 22% adicional, aportaría un piso mucho más alto para la región, del orden de los $617.000.Las distorsiones que falta corregir

Otra modificación que se requiere es la elevación del mínimo no imponible, que para un trabajador soltero está hoy en el orden de los $240.000 y un casado con hijos, en alrededor de $326.000. Estos valores se toman en consideración cuando se supera el nuevo piso salarial establecido, que es de $506.000.

Por ejemplo, si un trabajador gana $800.000 por mes, pagará ganancias sobre la diferencia entre ese monto y el mínimo no imponible, que varía según la cantidad de hijos y otras consideraciones.

“La distorsión que se provoca es que al superar el piso de 506 mil pesos, se comienza a tributar sobre una escala basada en el mínimo no imponible, por lo que el trabajador comienza a pagar en las escalas más altas”, explicó Pérez Coyul.

Si en cambio se elevara el Mínimo No Imponible en forma acorde a la inflación de los últimos años, entonces el tributo se pagaría sobre una diferencia mucho menor. Esa sería la vía si de verdad se busca corregir la distorsión que perjudica a los sueldos de los trabajadores y trabajadoras de todo el país.

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