BUENOS AIRES - “Nos encontramos dentro de una tormenta perfecta con 24 meses de recesión y una pandemia que va a sumar más meses a esta agonía”, explica Miguel Di Maggio, director de la inmobiliaria Depa (www.depa.com.ar).

Las circunstancias inéditas que atraviesa el mundo y el país a consecuencia de la pandemia del coronavirus va generar cambios a muchos niveles Y el mercado inmobiliario argentino no van a escapar a esa regla general.

Di Maggio asegura que por toda esta situación, los precios de las propiedades tenderían a la baja, en mayor o menor medida. “Hoy se habla de bajas mínimas del 20%. Y se empiezan a ver ofertas con esas rebajas y de hasta 40% off, pero también hay que tener en cuenta cuánto tiempo perdurará este escenario inédito y qué economía tendremos luego de la pandemia. Hoy no hay mercado, o mejor dicho, el mercado es solamente de oportunidad”, señala a Clarín.

Luis Guido, director de Grid SA (Grupo Idea Desarrollos), coincide: “Es muy difícil imaginar un panorama de lo que vendrá, pero todo hace pensar que los valores de las propiedades bajaran en dólares”. Para el especialista, es previsible que haya una menor demanda debido a la falta de liquidez. “En un mercado más retraído aún que el actual, probablemente se generen oportunidades a partir de los propietarios que tengan necesidad de vender, ya sea porque tenían la decisión tomada o para cubrir gastos personales o empresariales derivados de la inevitable crisis económica que enfrentaremos”, agrega.

Los profesionales del sector inmobiliario saben que, en el momento actual, y por los próximos meses, las propiedades que salgan al mercado con precios muy acomodados van a ser las únicas que encuentren interesados. A el efecto recesión por pandemia y cuarentena, habrá que sumarle la actual disparada del dólar que genera incertidumbre y paraliza operaciones. Esta situación afectaría tanto a las unidades usadas como las recién terminadas.

“Habrá desarrolladores que deban deshacerse de unidades a valor de costo, e incluso por debajo del mismo, para dar continuidad a su actividad”, explica Guido. De cualquier manera, el experto no ve un “derrumbe” de los valores. “La deuda hipotecaria es mínima y, para la gran mayoría de los argentinos, la propiedad será siempre un resguardo de valor”, explica.

Para Di Maggio, los desarrolladores que quieran continuar con las obras que ya hayan comenzado pero no estén económicamente saneadas, seguramente van a bajar sus precios “para seguir vivos”. “Quienes arranquen post-pandemia tendrán valores inferiores a los que tienen las obras hoy por hoy”, dice y explica el comportamiento histórico del mercado: “El ladrillo no suele bajar de precios aún en situaciones de economías complejas del país. Pero las pocas veces que sucedió fue por tiempos cortos y resultó en ganancia para muchos inversores. Luego de ese lapso de tiempo, vuelve a subir el valor del metro cuadrado y, en muchos casos, superando los valores que presentaban antes de la crisis”.

Guido coincide: “Aunque la propiedad pierda valor post-pandemia ¿Qué otra inversión de cualquier tipo, y a nivel global, no lo hará?”. El desarrollador afirma que el real estate seguirá siendo una oportunidad por varias razones. “Para los que tengan actividades rentables en pesos, no pudiendo hoy comprar dólares, podrán participar de desarrollos en el pozo a un valor muy bajo en dólares y recibirán un bien dolarizado al terminar las obras”, afirma y explica que las diferentes crisis económicas (en la Argentina y en el mundo) han probado que el real estate es una de las inversiones de más rápida recuperación.

“En el mundo (y la Argentina no ha sido una excepción), en los últimos decenios, los valores del metro cuadrado han mantenido una curva en constante ascenso, solo alterado en los momentos de graves crisis financieras”, agrega Guido.

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