“No puedo intoxicar mi cuerpo durante más de 20 años y tampoco permitir que dentro de mi cuerpo haya algo que no es natural”, dice Eliana Vega, la joven comodorense de 30 años que se ligó las trompas de Falopio para controlar su salud sexual y respetar su cuerpo.

Eliana hace dos años se realizó el procedimiento y se la escucha feliz, plena, por la decisión que tomó, consciente de lo que significa. Lo cierto es que el suyo no es un caso aislado, y como ya dijeron la ginecóloga Tatiana Latof (31), especialista de la Clínica del Valle y el Hospital Regional, y el urólogo Claudio Felhi, cada vez más jóvenes eligen intervenirse para no tener hijos, pese a que aún no pasaron por esa experiencia. 

En su caso, Eliana asegura que es una forma de cuidar su cuerpo y explica por qué: “Dentro de todos los métodos anticonceptivos que hay creo que la ligadura de trompas es lo más natural, porque como yo siempre pongo de ejemplo, nadie toma una pastilla para dejar de hacer la digestión, entonces por qué yo tengo que maltratar mi cuerpo desde los 15 años, tomando una pastilla para no ovular. La otra opción que tenía era colocarme un DIU (Dispositivo Intrauterino), pero también tiene hormonas, entonces dije ‘voy a dejar de tomar algo que tiene hormonas, pero voy a poner algo dentro de mi cuerpo que tiene hormonas y que va a estar ahí’. Y además estuve peleando con mi obra social casi dos años para que me coloquen el DIU, pero no había forma, entonces en un momento dije ya fue. Lo pensé muy rápido y dije ya está: me ligó las trompas, es lo más sano, vuelvo a tener mi organismo normal y puedo respetar a mi cuerpo que es lo más importante”, cuenta con orgullo.

La joven, que trabaja como administrativa y estudia la licenciatura en Relaciones Públicas, admite que se trata de una decisión muy personal, que en su caso pasa “por el lado de la salud''. 

Respecto al procedimiento, asegura que fue sencillo y rápido. “Creo que tarde más en ir a la consulta que en lo que tardamos en hacer todo. Me acuerdo que fue un 1 de abril, tuve la consulta y cuando entré la ginecóloga me preguntó por qué la visitaba. Le dije: ‘me quiero ligar’ y me dijo: ‘perfecto’. Me explicó de qué se trataba y me dio un consentimiento, pero como ya sabía de qué se trataba lo firme enseguida, y los papeles sirvieron para operarme, así que lo único que se demoró fue la obra social pero por una cuestión informática”.

Eliana agradece que le haya tocado una ginecóloga tan cálida y profesional, y destaca la posibilidad de que las mujeres que quieren ligarse puedan acceder al consentimiento y llevarlo incluso a su casa para leerlo y firmarlo tranquilas. Es que como dice, en su caso ya estaba segura de su decisión, pero no siempre es así. Por eso, agradece el respeto que sintió. “Tuve mucho respeto, porque nadie hizo un juicio de valor sobre la decisión que yo tome y eso es muy importante, porque mucha gente grande, te dice ‘te vas a arrepentir’, pero no, es una decisión que yo tome, de la que soy consciente y eso es muy importante. Además, mi deseo de ser madre no pasa solamente por maternar, sino por una decisión muy propia, muy personal; no todas tenemos la misma idea, ganas o concepción de lo que es la maternidad. Si me preguntás si me gustaría ser madre, ‘si, tal vez’, pero prefiero tener el control total o absoluto de la maternidad, porque también puedo adoptar, puedo hacer inseminación; hay muchas formas de ser madre y eso está bueno”, asegura a modo de ejemplo, aunque en el fondo está segura que no quiere ser madre. 

Como dice Eliana la decisión la tomó hace mucho tiempo, y no tiene que ver con querer o no a los niños o disfrutar de ellos. Para ejemplificarlo menciona lo que le sucede actualmente. “Estoy muy feliz con mi pareja y él tiene un hijo de 8 años y me derrito por ese nene. No soy madre, pero soy mamá del corazón y eso a mi me llena el alma, es muy gratificante también”.

La entrevista va llegando a su fin y Eliana deja ver que solo accedió a contar su experiencia porque cree que otros jóvenes, hombres o mujeres, quizás piensan en la posibilidad de hacerse un procedimiento de este tipo pero no tienen conocimiento del mismo, o no encuentran el espacio para poder charlar sobre esa opción. Por eso, quizás a ella no le llama la atención que luego de su operación, algunos de sus amigos varones se hayan animado a contarle que también quieren hacerse las vasectomía. Es que como señalaron los profesionales, cada vez más jóvenes y mujeres, eligen operarse para no tener hijos.

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