La tarea de los “urneros” muchas veces pasa inadvertida dentro del frenesí de los preparativos de las elecciones, pero es clave para que los comicios puedan realizarse con normalidad y orden. “Ese día no tenes excusas, tenes que venir sí o sí. Estoy contento porque me queda esta elección y ya me jubilo", contaba a ADNSUR Luis antes de vivir los comicios legislativos de este último domingo 14 de noviembre. 

"Hago este trabajo desde 1983, en esa elección en el regreso de la democracia me toco repartir urnas en el Colegio Domingo Savio, llevé dos urnas de madera y pesaban mucho por eso más de dos no podíamos llevar", recuerda, y confiesa que "estábamos todos nerviosos, no sabíamos que íbamos a hacer, nos dieron una capacitación. Nosotros teníamos que explicarles a los presidentes de mesa qué es lo que tenían que hacer porque ellos no habían recibido las clases”.

En los primeros tiempos, el Ejército Argentino los esperaba en una Traffic con dos camiones. “Era muy importante, inclusive esperábamos las elecciones, después a través de los años es como que lo vas haciendo como un ritual y estás contento porque ya vas más seguro, ya sabes lo que va a ser y te salen las cosas bien. Y una vez que te salen las cosas bien, llegaste y entregaste y te dicen: “se puede ir a la casa”.

Cuando hay elecciones la jornada de Luis comienza muy temprano, se levanta a las 5 am para estar en el correo a las 6 de la mañana. “No es un día común. Si falta uno o falla algo de lo que está dentro del protocolo, falla el sistema completo”, cuenta. 

Luis, el urnero más antiguo de Comodoro, se jubila después de 40 años de servicio

“Nos juntamos en el patio, por la pandemia y esa misma mañana nos indican a qué escuela tenemos que ir”. Por una cuestión de seguridad y protocolo establecido por la Junta Electoral los carteros no saben qué escuela tienen asignada. 

Este domingo, el Correo Argentino entregó 442 urnas en las escuelas de Comodoro dónde se desarrollaron los comicios. Para esa tarea estuvieron abocadas unas 100 personas, entre personal propio y foráneo. “Llevamos una carpeta con los números de las urnas para hacerle firmar a cada presidente de mesa. Junto con las urnas entregan, útiles, votos y sobres extra, por si faltan”, indica Luis.

Para realizar la entrega se lleva adelante una logística de transporte muy importante. “Cuando llegamos a la escuela asignada, está la policía y la gendarmería, la directora, el portero y esperamos a que lleguen los Presidentes de Mesa a quienes se les hace firmar que recibieron las urnas y el resto de los elementos”.

Luis cuenta que con la pandemia sobrevinieron cambios para todos. “Cuando vas a la escuela, tenemos que estar todos separados, no nos podemos juntar. Antes charlábamos, tomábamos mate. A la vuelta regresamos a las 18 hs a retirar las urnas, pero tenemos que esperar a que terminen de hacer todo el conteo. Si terminan a las 10 de la noche o a las 12 de la noche tenemos que estar ahí. A veces a las 2 de la mañana y tenemos que estar ahí, esperando a las urnas... no las podemos descuidar”.

“Estuve 28 años haciendo el servicio de cartero, me encantaba estar en la calle, me encantaba la gente. Antes en un barrio vos estabas repartiendo 5 años o 6. Vos sabías quien esperaba la carta y quién no. También los impuestos, la gente muy responsable. Era lindo estar en la calle, por ahí te regalaban algo, te daban cosas para Navidad cumplía con tus servicios"

"Me quedo con el cariño de haber participado de una empresa que con el tiempo la terminas queriendo. Es muy buena gente, nos respetamos y compartimos mucho. Son 40 años que no me voy a olvidar”, cierra Luis, el urnero más antiguo de Comodoro.

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