CAPITAL FEDERAL - Un estudio de la Academia Americana de Oftalmología determinó que alrededor del uno o dos por ciento de los casos reportados por coronavirus, en Estados Unidos, mostraron síntomas de conjuntivitis folicular leve. Esto es: ojos rojos, sensación de una “basurita” en el ojo, molestia con la luz y lagrimeo.

Además, un estudio publicado en el New England Journal of Medicine, encontró una relación de congestión conjuntival en 9 de cada 1,099 pacientes (8 por ciento) confirmados con Covid-19 en alrededor de 30 laboratorios de hospitales.

Esto quiere decir que -aunque la rojez en los ojos no es uno de los primeros síntomas- sí se contagia por secreción conjuntival si no se siguen las medidas básicas de higiene. Sin embargo, si se presenta conjuntivitis pero no hay ningún otro síntoma de Covid-19, no necesariamente quiere decir que se tenga coronavirus.

La conjuntivitis también puede ser originada por un alergeno.

En tanto, investigadores del Instituto Nacional para las Enfermedades Infecciosas Spallanzani, de Roma, Italia, comprobaron que el virus SARSCov2 está activo también en las lágrimas de los pacientes positivos. El estudio fue publicado en Annals of Internal Medicine.

Este es un resultado importante que demuestra, según explican, que los ojos no solo son una de las puertas de ingreso del virus en el organismo, sino también una "potencial fuente de contagio".

Partiendo de un hisopado ocular tomado tres días después de la hospitalización de una paciente positiva al coronavirus que estuvo internada en el hospital Spallanzani a fines de enero y que presentaba una conjuntivitis bilateral, los investigadores lograron aislar el virus.

Demostraron así que el virus, además de estar en el aparato respiratorio, es capaz de replicarse también en las conjuntivas.

Se trata de un hallazgo que tiene "importantes implicancias también en el plano de la salud pública", tanto que el resultado -subrayó el Instituto- fue comunicado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo con el editor de la revista, antes de su publicación.

"Esta investigación demuestra que los ojos no son solo una de las puertas de ingreso del virus al organismo sino también una potencial fuente de contagio", comentó Concetta Castilletti, responsable de la Unidad Operativa de Virus Emergentes del Laboratorio de Virología del Spallanzani.

"De allí la necesidad de un uso apropiado de dispositivos de protección en situaciones, como los exámenes oftalmológicos, que se creía podían ser relativamente seguros respecto de los riesgos de contagio que plantea este virus", aclaran.

La investigación demostró, además, que los hisopados oculares pueden ser positivos cuando, en cambio, las muestras del tracto respiratorio no muestran más rastros del virus.

Fuente: Clarín

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