El periodista Mario Markic se enorgullece de tener un Studebaker Silver Hawk que fue patentado en Comodoro Rivadavia, la ciudad petrolera, donde en la década del 70 se produjo el Boom del Petróleo. 

En sus redes sociales, el conductor de "El Camino" tiene imágenes con el vehículo, aquel que vio por primera vez en un verano en Mar del Plata, en que cubría temporada para una revista, y que terminó siendo suyo luego de tanto buscarlo.

Markic asegura que es el único Studebaker Silver Hawk de Argentina. 

El coche fue vendido por primera vez el 11 de septiembre de 1957. El periodista, en tanto, lo compró en la década del 90 y aún tiene la factura de venta original que alguna vez se emitió en esta ciudad.  

Por estas líneas, muchos se preguntarán ¿Cómo llegó ese coche americano a tierras patagónicas? La respuesta obliga a sumergirse a la historia, y repasar aquellos años en que el paralelo 42 era más que un punto geográfico, y el petróleo en estas tierras era sinónimo de bonanza.

El periodista Mario Markic, conductor de El Camino, con su Studebaker Silver Hawk que se vendió por primera vez en Comodoro Rivadavia.
El periodista Mario Markic, conductor de El Camino, con su Studebaker Silver Hawk que se vendió por primera vez en Comodoro Rivadavia.

La llegada de autos importados a tierras patagónicas no es casualidad, sino que fue parte de una estrategia de industrialización de la región.

El 27 de junio de 1956, el gobierno militar de Pedro Eugenio Aramburu decidió otorgar un beneficio a los territorios nacionales ubicados al sur del paralelo 42, que delimita a Chubut con Río Negro. A través del Decreto Ley 10991, el entonces presidente de la Nación, creó la Zona Franca al Sur del Paralelo 42. La misma eximía de todo gravamen, impuestos y tasas aduaneras a los productos importados que ingresaran en la zona y fueran utilizados, exclusivamente, dentro de ella. 

El historiador Daniel Márques, en diálogo con ADNSUR explicó que la idea original del Paralelo 42 no apuntaba al consumo masivo, sino más bien a la industria.

“Esa ley está en el marco del llamado desarrollismo. La idea era que se puedan introducir equipos para instalar fábricas en la Patagonia austral. Entonces se buscaba promover el desarrollo con ciertas exenciones impositivas. La idea también era que se mueva la comunidad del área metropolitana a la periferia, y Patagonia era un caso símbolo en ese sentido, tanto en Chubut, como Santa Cruz y Tierra del Fuego”.

En ese sentido, Márques recuerda a modo de ejemplo que en ese momento se produjo la llegada de empresas que dejaron su huella en la región, tal como sucedió con Guilford, la textil que en el gobierno de Mauricio Macri abandonó sus dos plantas de Kilómetro 8 y el barrio Industrial; o Schlumberger, una empresa prestadora de servicios petroleros que en aún opera en la zona.

Es que como menciona, la llegada de importaciones también se vio influenciada por la política petrolera que impulsó el gobierno de Frondizi, que incentivó inversiones de empresas extranjeras y nacionales en los yacimientos de Argentina, lo que produjo la llegada de distintas compañías y trajo aparejado un mayor crecimiento urbano y demográfico.

Ese periodo que se inició en 1958 y se extendió hasta 1963 es conocido como el Boom del Petróleo, y sin dudas, es un ingrediente más en la llegada de autos importados a la zona, y también de dólares.

“Eso potenció todo, de hecho entrevistas de esa época, dicen que circulaban los dólares en la calle. La gente hacía compras cotidianas en dólares, porque había muchos gringos que venían con las empresas estadounidenses; como Amoco, que era estadounidense y británica, o la British Petroleum que luego se transformó en PAE. Estas empresas estaban llenas de ingenieros yanquis, de Texas, que cobraban en dólares y gastaban en dólares. Incluso esa moneda en ese entonces circulaba más libremente que hoy”, asegura Márques.

Los autos del paralelo 42: aquellos años en que las calles de Comodoro parecían Hollywood

En épocas de autos importados, dólares y trabajadores extranjeros, la calle Belgrano también vivió su momento de esplendor. Eran tiempos en que las whiskerías y los night club eran lugares de reuniones sociales y espectáculos de tango. 

Todo duró hasta mediados del 62, cuando Frondizi fue derrocado con un golpe de Estado y el gobierno radical de Arturo Illia anuló los contratos petroleros.

Todo desapareció como un espejismo y muchas empresas, incluso, dejaron los autos abandonados porque era más económico que llevárselos. 

Hoy, en pleno siglo XXI, no quedan rastros de aquella época de esplendor. Incluso muchas empresas ya se fueron, y los ojos están puestos en Vaca Muerta, aquel yacimiento neuquino que le quitó protagonismo y fuerza industrial a Comodoro, la ciudad que alguna vez vistió como Hollywood.

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