PUERTO SAN JULIÁN (ADNSUR) - La búsquedo comenzó con una publicación en Facebook el 24 de abril, y en sólo tres días se logró el encuentro. Coincidencias del destino, el contacto se logró justo cuando se cumplían 38 años del día en que Dornei pisaba tierra santacruceña, como parte de la 6º Brigada Aérea de Tandil.

El posteo inicial, acompañado por una fotografía de un joven soldado y una nena de unos 5 años, relataba que "allá por el año 1982 en Puerto San Julián (Provincia de Santa Cruz) está niña se acercó al soldado José Luis Dornei para sacarse una foto con él. Al tomarle la mano notó que la mano del soldado estaba fría y le pidió a su mamá si podían regalarle un par de guantes para abrigarse. Así lo hicieron".

"Hoy los compañeros de la 6ta Brigada Aérea de Tandil queremos ubicarla para conocerla y honrarla. No sabemos cómo se llama; solo quedó el recuerdo de esta hermosa foto y el noble gesto. Posiblemente tenga más de 42 años", continuaba el texto, y pedía: "Ayuden a compartir".

La publicación fue compartida, tanto así que llegó a familiares de la nena, y finalmente se produjo el esperado contacto.

"Pudimos encontrar a la nena de la foto. Se llama Magalí. El primer eslabón de la cadena fue Sergio, quien creó un grupo desde Puerto San Julián para encontrarla; Fernando, su amigo también participó de la movida. Así contactamos a un familiar y con su hermano quien finalmente nos dio su número de teléfono. Ayer (por el lunes 27) hablamos con ella", relatan en otra publicación de Facebook. "Gracias a todos por aportar su grano de arena compartiendo la publicación. El grupo de la VI Brigada Aérea les agradece de corazón", finalizan.

Magalí Triviño estaba tomando un café cuando recibió una llamada que iba a emocionarla. "Me enteré el sábado por la mañana cuando estaba tomando un café. Me llamó mi hermana y me contó todo", contó a LU12 AM680.

La nena de la foto hoy tiene 43 años y continúa viviendo en San Julián. Contó que el lunes 27 habló telefónicamente con el soldado, y se sorprendió que "él se acordaba de los guantes y yo decía que para mí era una bufanda. Recordaba llevar con mi mamá pan casero o tortas fritas porque ellos dormían en una parrilla. Para mí era natural hacer algo así", rememoró en declaraciones radiales.

El recuerdo del gesto de la menor en la memoria del soldado quedó grabado a fuego desde ese frío día del invierno de 1982: frente de lo que era el comedor escolar de un establecimiento educativo, una nena lo saludó, sintió el frío en las manos del joven, entonces se quitó sus propios guantes y su bufanda, y se los regaló, en un gesto que nos sólo abrigó su cuerpo, sino también su corazón.

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