"Bijou", el mítico boliche de Rada Tilly que hizo historia en la costanera
Funcionó entre 1961 y 1984 y marcó una época junto a Ronanó y Sweet Helen en un Rada Tilly distinto: un balneario de fin de semana que era sinónimo de diversión. "Bijou" de Chingolo Coleff dejó una gran huella que aún hoy muchos jóvenes de la época recuerdan.

“Yo tengo clientas que vienen y me dicen: ‘Cómo se extraña a tu viejo, con mi marido nos pusimos de novios en el boliche’”. Marisa Coleff recuerda con cariño y nostalgia a su padre. Lamenta que no sea él quien pueda contar la historia de “Bijou” y, entre risas, dice que se llevó todos los secretos con él.
No puede evitar sonreír cuando recuerda aquella época en que Rada Tilly era una fiesta entre luces, música y el final de siempre: la proyección de películas cortas de “La Pantera Rosa” o “Tom y Jerry” sobre una de las paredes de la pista.
“Bijou” marcó una época y un estilo en la villa. El boliche que creó Juan Carlos Coleff, conocido por todos como “Chingolo”, tenía su propia impronta, desde una cascada hasta la proyección de películas y una propuesta diferente en un pueblo que, por entonces, era un balneario de fin de semana.
LA PLAYA QUE SE CONVIRTIÓ EN PUEBLO
“Bijou” estaba ubicado en Armada Argentina 1448, donde años más tarde funcionó el antiguo casino y también hubo un gimnasio. Los padres de Juan Carlos compraron la propiedad en 1946, cuando él solo tenía cinco años.
Por ese entonces, los Coleff vivían en la calle Francia, en Comodoro, y vieron en el pequeño balneario del fin del mundo una oportunidad para crecer. Y no se equivocaron.
En esos años, Rada Tilly era una playa de Comodoro, el lugar donde comenzaron a asentarse personas para disfrutar del fin de semana. Eran solo unas pocas casas, sin servicios y una playa gigante que prometía buenas temperaturas en verano y mucho frío en invierno.
Luego de unos años, los Coleff se mudaron a Rada Tilly y dieron inicio a su actividad comercial con “La Estrella de Oro”. Marisa cuenta que vendían frutas, verduras, carne y pan, y Juan Carlos, con 17 años, era el encargado de hacer las compras en la ciudad.
La habilitación comercial de la época, registra que también fue bar y confitería, el antecedente inmediato del local bailable que comenzó a gestarse cuando los padres de “Chingolo” decidieron irse a vivir a Mar del Plata.
Es que, con solo 20 años, Juan Carlos se quedó solo en el sur de la Patagonia, y gracias a la experiencia de los locales anteriores, decidió innovar y abrir el local nocturno, casi una locura para la época.
La habilitación comercial data del 10 de junio de 1961. Ese año, Bijou abrió sus puertas, una época dorada que aún muchos recuerdan.
Fue en una de esas noches cuando “Chingolo” conoció a Ana María Musso, una docente que terminó siendo muy reconocida en la villa. Cuenta Marisa que esa noche su tía iba a ir al boliche con un amigo e invitó a su mamá. Ella no quería ir, pero el destino estaba escrito y fue, y conoció a Juan Carlos.
Tres años después, se casaron y, fruto de su relación, nacieron Marisa, Cristina y Patricia, las hermanas Coleff, que fueron testigos de la historia de Bijou.
LA NOCHE EN LA MANZANA 15
La manzana 15, justo en la mitad de Rada Tilly, frente a la playa, fue escenario de cientos de anécdotas. Eran tiempos de calles de tierra, distancias largas y noches que no llegaban al amanecer, por lo menos puertas adentro.
Según la habilitación, Bijou podía abrir de lunes a viernes de 20:00 a 02:00 hs, excepto sábado, domingo y feriados, que el horario se extendía hasta las 04:00. Marisa era chica, pero aún recuerda el movimiento que había en el local que estaba delante de su casa.
“Nosotros vivíamos atrás, nuestra habitación daba a la pared de uno de los salones y los días que no abría, que creo que eran los lunes, no nos podíamos dormir porque nos faltaba algo. Pero me acuerdo de que siempre había gente. Eran las 10 de la noche y ya había un montón de autos para entrar. A mí me dejó entrar recién cuando tenía 13 o 14 años y en la cabina abajo. Juancito, el dj, me decía: ‘esos que entran sueltos son matrimonio’; los novios entraban abrazados”.
Juancito es Juan Martínez, el segundo DJ que tuvo Bijou. El primero fue Juan Trosic, quien dejó el local cuando le tocó hacer la colimba. “Chingolo” le prometió que le iba a guardar el puesto, pero cuando Juan terminó el servicio militar obligatorio y se fue a trabajar a Naranja, otro boliche que dejó grandes recuerdos. Guillermo Villivar, en portería, y Tony Trosic, en la barra, completaban el staff de esta aventura.
Marisa recuerda los días de Bijou. Su padre trabajaba de noche y dormía de día, y su mamá las mandaba a jugar al local para que no hicieran tanto ruido. El movimiento siempre era continuo.
Comodoro era una fiesta en aquella época. La apertura de importaciones y la llegada de empresas extranjeras y nacionales durante el gobierno de Frondizi trajeron aparejado un mayor movimiento en las calles de la ciudad, que por supuesto también se vio reflejado en la noche comodorense. Bijou no fue la excepción.
Marisa recuerda diferentes anécdotas del local, como el baile del croto o el baile del sombrero. También la radio que conectaba con una agencia de remis y que era el único medio que tenía la localidad para comunicarse. Por supuesto también su etapa como DJ, ya en los últimos años del local.
“Fui la última disc jockey de Bijou. Yo acompañé mucho a mi viejo. A mí me encantaba. Me acuerdo que tenía un grabador holandés a carrete abierto que tenía 3 velocidades: 30, 45 y 60 minutos. Y yo lo que hacía era grabar temas y hacer los enganches; era re lindo. Entonces estaba hasta la una o dos de la mañana y después me iba a dormir porque me iba a trabajar al vivero. Mi papá también iba mucho a Óptica San Jorge y traía los últimos long play porque le gustaba tener lo último. Era un hombre muy honesto”, dice con cierta nostalgia.
Bijou tuvo una gran época, pero en la década del 80, el movimiento comenzó a caer y, finalmente, en mayo del 84, Coleff decidió cerrar el local. Así, su historia se selló para siempre.
Lo cierto es que Coleff fue un gran protagonista de la vida social de Rada Tilly, con ideas muy innovadoras, como por ejemplo la construcción de un tobogán para tirarse al agua o el alquiler de catangos (carritos de cuatro ruedas), bicicletas dobles y bicicletas antiguas (réplicas) con piñón fijo; emprendimiento que montó junto a Tony Trosic. En alguna etapa de su vida, también junto a Óscar Vaquero, tuvo el primer catering de la zona. Además, fue candidato a intendente por el PACh y director de Turismo de Rada Tilly, cuenta su hija.
“Era una persona muy querida por todos, siempre sonriente, de bajo perfil y honesto”, recuerda Marisa.
“Chingolo” falleció finalmente en 2018. Por entonces, era el poblador más antiguo de Rada Tilly. Tenía 76 años. Los años pasaron, pero muchos aún recuerdan: “Bijou, tu joyita musical”, ese lugar que volverá a convertirse, esta vez en un espacio para niños; otra época, otro Rada Tilly.
