Pasión, esfuerzo y humildad: los abuelos de 83 años que venden las mejores tortafritas de Comodoro
A medida que la esperanza de vida aumenta, los adultos mayores tienen la oportunidad de demostrar su capacidad emprendedora y desafiar estereotipos. Blanca y Roberto se reinventaron para convertir su pasión por las tortafritas en un pequeño negocio que les permitió solventar problemas económicos.
En una tranquila esquina de la calle Alem 917, se encuentra el hogar de Blanca y Roberto, dos jubilados que a sus 83 años han encontrado en la preparación y venta de tortafritas y calzones un camino para hacer frente a las adversidades económicas.
"Nosotros arrancamos cuando comenzó la pandemia", relata Roberto con orgullo en su voz. Lo que comenzó como una actividad para ocupar el tiempo se convirtió rápidamente en un emprendimiento que no solo les brindó estabilidad financiera, sino también el cariño y la fidelidad de sus clientes.
Con esfuerzo y dedicación, Blanca y Roberto se han convertido en un referente en la zona, llegando a permanecer en su puesto hasta altas horas de la tarde para satisfacer la demanda de quienes buscan deleitarse con sus exquisitas tortafritas.
En un mensaje dirigido a los jóvenes, Blanca reflexiona: "En vez de andar en la calle, los jóvenes deberían considerar la posibilidad de trabajar en algo, de emprender como nosotros lo hemos hecho". Sus palabras resonaron entre los transeúntes, recordando la importancia del trabajo honesto y la dedicación en tiempos de incertidumbre.
Así, la historia de Blanca y Roberto no solo es la de dos emprendedores que hallaron en la cocina una tabla de salvación, sino un recordatorio de que la pasión, el esfuerzo y la humildad son ingredientes esenciales en la receta del éxito.