¿Comodoro sin El Chenque?: la empresa japonesa que en 1962 quiso desmontar el cerro y no pudo
¿Cómo luciría Comodoro sin el Cerro Chenque? En 1962 existió un proyecto de una empresa japonesa que se ofrecía a desmontarlo, mejorar la estabilidad del terreno y ganar tierras al mar para una futura urbanización. Varias generaciones de comodorenses escucharon esta versión que quedó en el plano de los supuestos y hasta muchos hablan de un mito popular. Lo concreto es que hasta el momento ningún documento oficial puede certificar por qué esa obra no se concretó. En “Expedientes Comodoro” las propuestas históricas que buscaron desde “lavar el cerro” hasta “desmontarlo” por completo en la búsqueda de una solución a los históricos desplazamientos y derrumbes.
“El cerro libera energía en forma permanente”, “está adormecido, se despierta y se sacude” dicen algunas publicaciones periodísticas de antaño que certifican que los desplazamientos del Cerro Chenque no son noticia nueva para los comodorenses. Ya en 1935 la Asociación de Bienes Raíces -conformada por vecinos del pueblo- se había opuesto a la pavimentación de unas 60 cuadras que incluía zonas circundantes al cerro, justamente por no haberse previsto los movimientos en esa zona.
“Pensar en sacar el Cheque es una obra gigantesca, parece que fuera para extraterrestres, una obra más allá de la posibilidad del hombre”, dice el geólogo Marcelo Márquez en referencia a la teoría de que una empresa japonesa se habría ofrecido a desmontar el Cerro Chenque en el año 1962 a cambio de la explotación del puerto de Comodoro Rivadavia. Razones financieras, en principio, y hasta culturales pueden haber sido el motivo por el cual tamaña obra no llegó a concretarse.
El periodista Ángel Sánchez se pregunta “¿cómo bajarían el cerro? ¿Con que tipo de obra? La tierra según el famoso proyecto iba a ser lanzada al mar, a la costanera para rellenarla y construir ahí un puerto. Pero quedaron muchos detalles inconclusos y poco a poco al no haber veracidad se fue perdiendo en el tiempo y quedó como un rumor icónico”.
Según Márquez el método sería por presión por hidráulica. “Mangueras de alta presión que tienen un chorro tan potente que pueden ir ablandando y arrastrando la roca y en las publicaciones dice que ese barro -agua de mar- seria conducido por canaletas hacia el mar Habría dos ganancias, desmontar o bajar el nivel del Chenque y ganar tierras al mar”.
Una obra testigo
La estación de servicio “Eureka” emplazada en la zona del infiernillo fue construida en 1956 y desde entonces es testigo de los movimientos y desplazamiento del cerro. Osvaldo Lewis, su propietario, también recuerda las distintas propuestas que intentaron dar solución a la histórica problemática. “Entiendo que eso ha surgido después de que se tomó la decisión de sacar el Cerro “Chenque Chico” del centro de la ciudad para instalar el Comando"
"Después surgió la idea o la fantasía de poder -con esa maquinaria de la época- hacer una obra de sacar el Cerro Chenque que creo bastante difícil para la época. Por los costos, por la tecnología que existía en ese momento, la maquinaria. Sí ha sido un ofrecimiento real de alguna empresa con respecto a la municipalidad de llevar adelante esa obra yo creo que es muy difícil que haya sucedido”, explica Lewis.
Otras propuestas
Sin embargo este no fue el único intento. Ya en 1943 el Ingeniero Carlos Crespi, de YPF, en una nota que le envió al Comisionado Municipal de la ciudad, Coronel Angel Soalri proponía el proyecto “Lavado del Chenque”. “La tierra proveniente del cerro, la que en días en que se produce el deshielo de la nieve o que llueve, es arrastrada en forma de limo al ejido de la ciudad. El tránsito de la población se dificulta. El trabajo consta de dos partes: Efectuar un desmonte del Cerro Chenque de 100 mts de espesor y transportar la tierra a través del pueblo para depositarla al mar” indica el documento que viene acompañado de un minucioso detalle de costos por etapa considerada. De este proyecto, tampoco se tuvo novedades.
Advertencias no escuchadas
En 1963 un documento de la Asociación Geológica Subpatagonica señalaba que la ciudad está emplazada en un lugar inapropiado y sugiere que crezca hacia otra dirección, no hacia el Cerro Chenque. También Un informe de Obras Pública advertía que era una “zona de emergencia” con posibilidades de convertirse en una “zona de desastre”, algo que no tardó en suceder, porque el 11 de junio de 1969 luego de una intensa lluvia, el cerro se desplazó y dividió a la ciudad en dos. Clases suspendidas, familias aisladas e incomunicadas y el triste saldo de un muerto, una persona que regresaba caminando a su casa por el “infiernillo”.
“El cerro se mueve, se desliza y lo hace con una temporalidad que no está controlada por ningún cronometro ni por el hombre, sino que está controlada por la naturaleza, esencialmente por el tipo de rocas, y también por las precipitaciones. Porque cuando hay una lluvia intensa en poco tiempo eso lubrica las roturas que llamamos fallas y normalmente después de grandes lluvias hay deslizamientos o caen rocas. Esto es algo que pasa naturalmente y no depende del hombre, lo que sí depende del hombre es haber construido la ciudad al pie del Chenque”, advierte Márquez y agrega que la actividad del hombre puede ayudar a provocar los deslizamientos cuando se hacen caminos o se construye muy cerca del cerro”.
¿Se puede “bajar” el Cerro Chenque?
Néstor Hirts es Geólogo y ex docente de la cátedra de Geología aplicada a Ingeniería y al Medio Ambiente de la UNPSJB. Además es considerado el “padre” del proyecto de aterrazamiento del Cerro Chenque que se realizó en el faldero sur y que dio muestras de efectividad durante el temporal de 2017. Consultado sobre la hipótesis de la empresa japonesa y la factibilidad de desmontar por completo el cerro analiza que “es improbable y es innecesario; significaría extraer cientos de millones de metros cúbicos. Lo que genera la inestabilidad son las primeras decenas de metros, los primeros 30 metros en sentido horizontal. Con lo cual hacer un perfil inclinado de 29 grados haciendo la analogía con la calle Sarmiento” podría ser una solución.
Aquella obra implicó extraer 1.200.000m3 de terreno en forma de 17 escalones, con una pendiente más estable. Se implementó un sistema de zanjas de drenaje para evitar la erosión y encauzar las corrientes de agua que se genera con las lluvias y que terminan desplazándose en forma de lodo hacia el casco céntrico de la ciudad.
En el faldeo Este “tenemos una problemática similar en cuanto estamos hablando del mismo faldeo pero particular porque tenemos que proponer obras adicionales ya que se debe recompactar todo este material que fue desplazado y hoy se encuentra todavía debilitado en la zona del deslizamiento”, dijo Hirts sin descartar que también podría realizarse una obra de aterrazamiento en ese sector.
Aterrazamiento, lavado, detonaciones programadas, el icono de nuestra ciudad sigue aquí. Y cada tanto, de manera imprevista con algún movimiento o desplazamiento nos recuerda que no está dormido.